Publicado el: diciembre 23, 2020
La Navidad es la época del año donde más se intensifican nuestras emociones, ya sean positivas o negativas. Nos embarga la ilusión por diversas situaciones. Sentimos que el tiempo pasa muy rápido, que tenemos ansiedad por las tareas pendientes o frustración por todo lo que nos gustaría hacer y no podemos, tristeza por ausencias o miedo por los eventos. Son muchas cosas las que sentimos y que debemos aprender a gestionar. A continuación, consejos para gestionar nuestras emociones.
1. Planifica: La planificación también es la solución para evitar el estrés de los preparativos de cenas y regalos. Adelanta todo lo que puedas. No tengas prisa por llegar a tu destino, así evitarás accidentes. Ten en cuenta tus emociones y estado a la hora de ponerte al frente del volante de tu auto. Si te toca preparar la cena para la familia, considera alimentos saludables y evita los atracones que tendrán efectos al día siguiente.
2. Adiós lo negativo: Debemos desterrar los pensamientos negativos que puede producir la Navidad. Pensar en positivo es la clave para enfrentarnos con seguridad al exceso de emociones de estas fechas.
3. Salud emocional: Recuerda que llorar es bueno. Las lágrimas, ya sean de felicidad o de tristeza, son un recurso natural para regular nuestra carga emocional. Llorar por el reencuentro y llorar por la ausencia es un proceso de salud emocional que no debemos rechazar ni despreciar.
4. Gestionar las ausencias: El dolor por los seres queridos que no nos acompañan es una realidad a la que debemos hacer frente desde la naturalidad. El recuerdo ante la pérdida estará presente en la Navidad, pero no debe impedir que disfrutemos de las pequeñas cosas.
5. Fuera tóxicos: Aléjate de las personas tóxicas, que parece que siempre acechan y tratan de convencerte de su visión pesimista de esta época del año. Disfruta de tu momento y practica la virtud de decir “No” a los compromisos y obligaciones impuestas.
6. Necesidades y valores: Estas fechas son un buen momento para también poder escuchar a nuestras necesidades y nuestros valores. Muchas de las emociones negativas surgen por la diferencia que hay entre lo que la sociedad parece pedirnos, las expectativas generadas y lo que de verdad queremos. No siempre es necesario hacer regalos o cenar todos juntos. Viajar puede ser una buena opción para poder regular mejor nuestras emociones.
Ya lo sabes, la Navidad es también una época de mirar dentro de nosotros mismos y saber qué queremos.