Publicado el: agosto 19, 2016
Emprendedor, de todos los estímulos que recibimos a través de los sentidos, recordamos más los que nos llegan a través del olfato. Según estudios las personas podemos recordar el 35% de lo que olemos, mientras solo el 5% de lo que vemos. Por ello, es importante que conozcas cómo el marketing olfativo puede beneficiar tu negocio:
El marketing olfativo trata de utilizar la capacidad de los aromas para influir en las decisiones de compra del cliente. La práctica de esta rama va más allá de conseguir que un comercio huela bien, parte de que un comercio con malos olores es inaceptable.
Aromas para ambientar tiendas
La influencia de los aromas en las decisiones de compra se consigue en función del tipo de negocio al que se aplica y el resultado que se quiera conseguir. Aquí te brindamos una lista con las fragancias más habituales para cada tipo de negocio:
No siempre es fácil encontrar alguno de los aromas citados anteriormente. En este caso, recurre a aromas puros, más fáciles de conseguir y selecciónalos por el tipo de efectos que se quiera provocar. Algunos de los más conocidos son:
Esta es otra aplicación del marketing olfativo. Se trata de utilizar fragancias diseñadas para potenciar los valores e identidad de la marca a la que representan. En Perú, algunas empresas brindan el servicio de creación de perfumes comerciales personalizados.
Otro uso habitual del marketing olfativo es la utilización de un aroma natural para provocar un efecto determinado. Por ejemplo, en algunos supermercados instalan un horno de pan en la entrada porque está comprobado que el olor del pan recién hecho despierta nuestro apetito.
Cuidado con el exceso
El marketing olfativo debe ser administrado con sumo cuidado. Para empezar, los olores pueden agradar a unas personas y desagradar a otras, no solo en función de su gusto si no de factores culturales. Además, su uso excesivo puede provocar reacciones alérgicas en los clientes. Esta estrategia ofrece grandes posibilidades pero debe ser empleada correctamente para que no produzca un efecto contraproducente.