Tanto las emociones de una persona como  el conjunto de sucesos que atraviesen por su vida, moldearán el carácter y la forma de relacionarse con los otros y con el mundo.  Es, entonces, indispensable, para llevar una vida tranquila y plena, vencer aquellas malas experiencias convertidas en amargura que no te dejan avanzar en la vida.

Existen muchas razones por las cuáles se desea  cambiar de vida, ya sea porque los éxitos son pocos o porque las interacciones con quienes nos rodean no son buenas, cualquier razón nos lleva hacia el mismo camino: cambiar la vida para ser una mejor persona. Así, tendrá que cambiarse primero la mentalidad para poder mejorar el destino personal.

1.- Define qué quieres ser en la vida, qué es lo que te hace feliz y qué es lo que te hace infeliz. Al identificar qué es aquello que no nos deja cambiar, será más sencillo saber qué desechar primero. Si tienes un ambiente amical tóxico, que te empuja a realizar acciones que más adelante se vuelven contra tu bienestar emocional, entonces deberás alejarte de ellos. Si tienes un trabajo que detestas, pues renuncia. Lo importante es desechar todo lo que nos causa amargura y dolor. Por otro lado, identificar lo que nos hace feliz y qué deseamos para nuestra vida futura, nos ayudará a definir qué caminos tomar.

2.- Ambientes optimistas. Las actitudes  positivas parten de  tener un entorno más satisfactorio, por eso se recomienda llenar el espacio vital (oficina, casa, alcoba, departamento, etc.) con las fotografías de los momentos alegres que se han vivido (fotos de familia, amigos, vacaciones, etc.), esto nos hará sentir bien la mayor parte del tiempo y tener una actitud mucho más positiva y alegre, como consecuencia las relaciones con los otros cambiará para bien.

3.- Ser amable. A veces sentimos que el mundo se nos viene encima, entonces la amargura y la envidia empiezan a asomar. Pero, tranquilo, todo ello puede cambiar si somos más amables con los otros, dar las gracias, pedir “por favor”, saludar, despedirse y tratar a las personas de manera respetuosa y amical, harán que los malos pensamientos y las malas sensaciones vayan disipándose. La gratitud alimenta el alma y nos vuelve mejores personas.

4.- Meditar y pensar. Para tener una conciencia plena de sí mismo, es recomendable meditar y pensar en nuestros sentimientos y acciones, esto nos ayudará a asumir nuestros errores y a mejorar nuestros sentimientos.

5.- Alégrate por los éxitos ajenos. Alegrarse por los éxitos ajenos, no solo nos vuelve más amables con nuestros compañeros, sino que programa nuestro cerebro para identificar los pequeños éxitos de uno mismo.

Todo depende de cuánto puedas hacer con tus sentimientos. Tu vida cambiará sí y solo sí eres capaz de ser feliz por ti y por los otros.