Para muchos emprendedores su motivación es la familia, pues el negocio que ellos creen será el legado se sus hijos y descendientes; es así cómo se forman los negocios familiares que con el pasar de los años continúan permaneciendo en el mercado.

Sin embargo, el pase a las nuevas generaciones puede generar conflictos y terminar con su empresa soñada. Por eso, si no quieres que tu negocio familiar se derrumbe, sigue estos sencillos pasos:

La sucesión es un hecho

Los expertos proponen cuatro puntos esenciales: contar con dos o tres posibles sucesores, no improvisar, prever para avalar el éxito del proceso y concordar la sucesión a la situación de la empresa.

Concéntrate en 3 aspectos 

Legal: tener las cosas en orden, tanto en el protocolo como en los estatutos.
Código familiar: establece reglas de funcionamiento de la organización.
Humano: analizar a las personas con necesidades, emociones y complejidades.

Escribe el plan

Tener la idea no te asegura el éxito. Debes dejarla escrita para como un plan de negocios para que luego de la sucesión pueda seguirse al pie de la letra.

Elige con la cabeza

Al ser una empresa familiar, los sentimientos están presentes pero es importante pensar como empresario. Distingue al más capaz, conservando los intereses de la empresa y la unión familiar.

Convierte al sucesor en el nuevo líder

De esto surge la idea de prepararlos desde pequeños. Llévalos a trabajar contigo, pero hazlo apoyado en un plan específico.

Plantea una estrategia

En caso ninguno de tus familiares se muestre interesado en tu empresa o no encuentras a una persona externa que quiera ocupar tu puesto; lo más recomendable es plantear una estrategia como una fusión o la venta de tu negocio.